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Candados para proteger objetos de gran valor: mejor si son de acero

Para saber si un candado es de calidad, debemos pensar en las prestaciones que ofrece. Pues bien, teniendo en cuenta que los candados son dispositivos de seguridad que se utilizan como cerraduras portátiles para proteger elementos, no pueden faltar una fabricación de calidad, arcos resistentes al desgarro o materiales “a prueba de bombas”. 

No obstante, más allá del tipo de cerradura, opciones de codificación o mecanismos de trabado, en esta entrada vamos a centrarnos en los materiales, concretamente, en el acero. ¿Cumple realmente esta aleación las expectativas del usuario en la protección de bienes de especial valor? En las siguientes líneas detallamos la respuesta.

¿Cómo se fabrican los candados de acero?

El acero laminado es un material muy común en la fabricación de candados. Se elabora a partir de acero bruto fundido en bloques de gran peso y tamaño que, posteriormente, se laminan para obtener diferentes medidas en atención al uso final que tendrán. 

Aterrizando en el mundo de los candados, las bases de fabricación de acero laminado son estos bloques previamente trabajados, que se apilan y remachan para formar el cuerpo. Para el mecanismo de bloqueo, la ranura se abre paso por el centro del cuerpo y, para el grillete, se realizan agujeros en la parte superior. 

Por otro lado, los llamados “candados de alta seguridad” están fabricados por un cuerpo de acero templado, junto con un revestimiento niquelado que da como resultado un dispositivo robusto y, además resistente a la oxidación y a cualquier método de forzado. Estos incluyen sistemas de retención de llave, que no se podrá sacar hasta que el arco del candado esté cerrado correctamente. 

¿Por qué apostar por el acero si realmente queremos obtener alta seguridad?

No es casualidad que el acero sea el metal más habitual en los candados, tanto para el cuerpo como para el arco. Además, cuando recibe tratamientos de cementado y endurecimiento, podrá considerarse un candado de alta seguridad. 

En cambio, si queremos proteger objetos de gran valor, los candados de latón, aleación de zinc, acero inoxidable o aluminio no son lo más recomendable. Este tipo de materiales suelen emplearse en productos que requieren un menor nivel de seguridad. 

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